Recuerdo cuando era niño, tenía más o menos tu edad, Óscar. Por aquella época se estilaba mucho eso de los cines de verano. Y como estábamos de vacaciones, toda la pandilla nos reuníamos para ir al cine por las noches. Salíamos sobre las nueve o las diez en bicicleta hasta el lugar donde estaba el cine, la vieja plaza de toros que ahora está derruida.
Ah…si yo te contara, Óscar; si yo te contara la de noches que he pasado en compañía de mis héroes preferidos, que eran los del momento. Incluso recuerdo cuando hacían alguna película de amor y para esos días nos hacíamos acompañar de alguna chica que nos gustara, eso las volvía locas.
¡No me mires con esa cara! Aquí donde lo ves, tu abuelo era todo un galán, ¿eh?
Desde tiempos inmemoriales el cine nos ha cautivado a todos. Qué hermoso que siga siendo así, ¿no crees? Ojalá sea una de las pocas cosas que no cambien.
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